Serie de relatos de muertes escritas por mi, para dar un toque distinto al entendimiento de la desaparición fisica del ser. Estrar a:
RELATOS CORTOS DE MUERTE
(Obra premiada en la categoría de fotografía en 2008, en el XXII Concurso de arte de la compañía E. León Jiménez )
Su obra se refugia en el cuerpo de la mujer como el universo donde puede resumir los conflictos de género, como catalizador y como alegoría de sus aspiraciones. Sus desnudos aluden a las ataduras y tabúes que establece la sociedad frente a esta problemática. Según sus propias consideraciones, Resistencia Femenina, pretenden crear un aumento de tensión reflejar la lucha en que se debate la mujer y la necesaria búsqueda de un espacio de liberación donde hacer valedera sus expectativas y su identidad.
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Excelente entrevista a Indhira Rojas por ( Dimas Arias ) LEER ENTREVISTA
Para muchos, la pregunta carece de sentido, no tiene relevancia. La vida es Facebook y nada más. Día a día, intercambian sus fotos, modifican el status de rigor y proceden a operar ya de forma automática, ya de manera casi burocrática en la supervisión y control de la insoportable levedad del ser en la era de las redes sociales.
Es decir, poco a poco, vamos deshumanizándonos al convertirnos en potenciales funcionarios burocráticos de la nueva Stasi mundial: Facebook, donde permitimos y convalidamos el cuestionable hecho del espionaje por internet.
Ayer, la mayoría silenciosa sabía pronunciarse y organizarse a la hora de presentir el menoscabo de sus privilegios adquiridos de intimidad y privacidad. Sin duda, eran otros tiempos.
Hoy, por el contrario, el sistema logró introducir su agenda, su caballo de Troya hasta el fondo de nuestra cama y de nuestro hogar dulce hogar, bajo el manto y la pantalla de la buena voluntad de cara a la enorme popularidad de la red y ante la complacencia de los, así llamados por la China, aplaudidores de iniciativas empresariales, seducidos y fascinados como niños por la mitología electrónica mientras cultivan, de la boca para afuera, un curioso y paradójico escepticismo radical frente a las ideologías duras de la modernidad.
Sin embargo, hay sobradas y argumentadas razones para desconfiar también de semejante propuesta dogmática con aires de trascendencia, mesianismo y redención.
Facebook no es la tabla de salvación para tu “soledad compartida” desde el anonimato y para la destrucción bélica de tus relaciones interpersonales, Facebook no va a mejorar absolutamente nada y en lugar de ello va a reforzar el mal estado de las cosas, cual simulacro, cual mampara de ocultamiento y distracción de la realidad hasta cierto límite, porque todavía confían en las virtudes emancipadoras del consumismo, y del egocentrismo a través de las innumerables plataformas desplegadas por la sociedad del espectáculo.
Lina Medina es la madre más joven confirmada en la historia de la medicina pues con 5 años 7 meses y 21 días de edad se convirtió en madre. Su padre, Tiburcio Medina, notó que Lina —una de sus nueve hijos— tenía el vientre abultado y ante las supersticiones de sus vecinos (quienes decían que tenía una culebra dentro y culpaban del mal a Apu, el espíritu de los Andes) a mediados de abril de 1939 la llevó con los chamanes de la aldea, quienes creyeron que tenía un tumor y le aconsejaron que la llevara a Pisco, la ciudad más cercana.
El Dr. Gerardo Lozada la atendió y la llevó a Lima, la capital de Perú, donde otros especialistas diagnosticaron que Lina estaba embarazada. Había concebido su hijo a la edad de cuatro años y ocho meses. A los dos años y ocho meses de edad había empezado a menstruar. Un mes después, el día 14 de mayo de 1939, Lina—de cinco años, siete meses y 21 días de edad— dio a luz a un niño mediante una cesárea realizada por los cirujanos Dr. Lozada, Dr. Rolando Colareta y Dr. Busalleu.
Su hijo, Gerardo Medina (quien heredó el nombre del partero), pesó 2700 gramos. Los abuelos rechazaron una oferta de viajar para ser exhibidos en la Feria Mundial de Nueva York (con expensas pagadas y 4000 dólares por mes). Pero aceptaron otra oferta de 5000 dólares de un empresario estadounidense para que madre e hijo viajaran para ser investigados por científicos en EE.UU (la propuesta incluía un fondo que garantizaba su bienestar de por vida). Pero el gobierno peruano decretó que Lina y su hijo estaban en "peligro moral" y decidió crear una comisión especial para protegerla. En pocos meses abandonaron el caso y Lina nunca recibió un centavo.
A los 33 años Lina se casó con Raúl Jurado, con quien a los 39 años (en 1972) tuvo otro hijo, que emigró a México. Con Jurado construyeron una casa que fue demolida en la década del ochenta para construir una autopista. Ahora vive en un pueblo joven de Lima llamado Chicago Chico. El ginecólogo peruano José Sandoval escribió acerca de ella en Madre a los cinco años, lo que en 2002 aceleró los trámites para que Lina reciba finalmente una pensión vitalicia.
Esto se suma a la nueva noticia de una joven en China de 9 años que dio a luz recientemente: (Fuente de la Noticia)